El nivel de juego es el aspecto personal más importante a examinar. Es directamente proporcional a la velocidad de la bola y al peso que la bola trae de nuestro oponente. Cuanto mayor es tu nivel de juego, más tendrás que ir subiendo el peso de tu pala.
Es habitual sufrir lesiones si se disminuye el peso de la pala en el mismo nivel de juego ya que deberías sujetar los golpes siendo el brazo el que sufría la falta de masa que sujetaba las bolas pesadas.
Selecciona una pala que esté bien balanceada y ganarás en control y descanso para tu muñeca. Si el peso está desplazado hacia la cabeza, ganarás en potencia, pero cuando lleves más de media hora jugando empezarás a notar que no "tiras" con la misma fuerza de muñeca y mandarás bolas directas al muro por llegar tarde al punto ideal de impacto con la bola. Puedes sentir sobrecarga en la muñeca.
Si juegas en zonas húmedas o a nivel del mar en las que la bola se pone ‘pelona’y húmeda, trata de coger más peso, sujetarás mucho mejor la bola y con menos esfuerzo ya que de lo contrario, y con el paso del tiempo, terminarás con sobrecarga en antebrazo y codo.
Si por el contrario juegas habitualmente en zonas altas lejos del nivel del mar puedes seleccionar menor peso en tu pala porque las bolas van mucho más rápidas y ligeras y un peso excesivo puede provocar un descontrol de bola muy apreciable.
Generalizando y con excepciones con arreglo a los puntos anteriores, podemos decir que las mujeres se encontrarán más cómodas jugando en pesos comprendidos entre 360 y 375 gramos, y los hombres entre 370 y 385 gramos.
Los niños entre 5 y 10 años estarán cómodos entre 280 y 340 gramos, siendo importantísimo su nivel de juego y constitución física. En los niños no hay que olvidar que si usa un peso y empuñadura inadecuada es una cuna de lesiones futuras. La articulación de la muñeca de un niño-a no culmina su desarrollo completo hasta la adolescencia.
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